A las seis de la mañana
Lo bueno de levantarse pronto es que está todo por hacer. El cielo sigue tapado entre sábanas;apenas hay gente y descubres sonidos distintos: es la primera vez que escucho con total nitidez pájaros en mi calle. A las seis de la mañana sientes más bien frío pero caminas ligero y el corazón se ensancha al saber que es otro día. Uno nuevo, único. Distinto al resto. A las seis de la mañana piensas claro porque todo está por hacer.
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