Páginas

jueves, 28 de agosto de 2014

La huida



Salivamos la impaciencia de los matones que esperan el crimen. Aúlla el calor y nos convertimos en seres mortecinos en busca de algo que no sabemos dónde buscar. Agua que infla el estómago pero no sacia. En las calles no quedan niños (adónde irán los que no nacen) , sólo ancianos de venas violáceas y este jadeo de terral. 

Agosto, vete  de espantada y probablemente caminaremos con los pies igual de hinchados pero redimidos. Cueva para el letargo, mes mohíno que pisotea flores y propicia el llanto. No queda nadie quien te escriba, pero te mostraremos el camino de salida y sonarán flautas durante tres días.    

1 comentario:

  1. Pues me he quedado sin palabras, joder!!! Filigrana de palabras la tuya, tienes un exquisíto trato del lenguaje, es pura poesía. Hace tiempo dejaste tu enlace aqui http://misrelatosyesteblog.blogspot.com.es pero he andado vagueando, y ahora he vuelto a escribir y a navegar la blogosfera. Me alegro de visitar el tuyo, volveré. Un saludiño.

    ResponderEliminar